Una parábola en la que observamos la relación enseñanza-aprendizaje, recordando que los éxitos y fracasos hacen del aprendizaje una experiencia verdaderamente significativa. La joven águila teme volar, pero ansía hacerlo. Con la ayuda de alguien en quien ella confía, lo intenta nuevamente. Tiene éxito y más adelante transmite su experiencia a otros.